miércoles, 18 de junio de 2014

Cosas de mujeres.

Las mujeres, al igual que los hombres, hablamos de todo.
O mejor dicho, las mujeres hablamos de todo, mucho más que los hombres.
Las mujeres somos capaces de hablar sin tapujos de la vida, de la sensualidad, de las compras, de ropa, de sexo, de los hijos, de las cremitas para la cara, de la comida, del trabajo, de la vida, de la muerte, del destino, de las cosas extrañas que a todos nos suceden, pero que nadie quiere contar, del dolor, de la tristeza, de enfermedades, de desamor, de amor, también de fútbol, aunque yo en este sentido no os puedo ayudar nada o casi nada.
Hablamos de animales, de perros, de gatos, de joyas, de bisutería, de ropa interior, hablamos de vino, cómo no, de dietas, de quilos, de peso y de tallas.
Hablamos, como en mi caso, de tirar las cartas, de encantamientos, de fantasmas, de augurios, de visiones, de invocaciones, de hechizos y de fórmulas secretas para embellecer el cuerpo y el alma.
Las mujeres somos un libro abierto, pero que nadie se equivoque, en el fondo somos un libro cerrado, con cien llaves que nadie ha reunido jamás.
En esta sociedad tan cosmopolita y moderna, a veces las mujeres nos olvidamos o nos da vergüenza ser mujeres. Luchamos como hombres prehistóricos, con uñas y dientes, para ser consideradas de tú a tú con esa población masculina que tanto nos atrae y repele a la vez, y ellos, como siempre, han impuesto sus condiciones. Si quieres triunfar, olvídate de ser mujer, parece que nos digan.
O bien al revés, si quieres aparentar que triunfas, no destaques como mujer, se dura, masculina, no llores, silencia tus pensamientos, habla lo justo, no hagas muecas, aparenta que no te importan las cosas que te importan. No hables de misterios ni de la muerte. Porque los hombres nunca mueren, obvian la muerte. Ocurre que como en los antiguos velatorios, las plañideras siempre eran mujeres. Los hombres no lloran, no sufren, no temen a nada, no sienten. Son las mujeres siempre las que nos recuerdan que ser humano es distinto a ser una máquina de facturar tiempo y dinero.
En Cosasdemujeresyvino, vamos a ser mujeres.
Mujeres con elegancia, mujeres con nivel, mujeres que aman el vino, la cultura, lo metafísico y los niños, que lloran cuando su gato enferma y que se deleitan con una flor, o con cualquier trapito en el escaparate. Mujeres que hacen cremas de frutas para ponerse en la cara, y cuentan las arrugas cada mañana no sea que alguna se nos escape.

5 comentarios:

  1. Domi, cómo me está gustando el blog. Y es que, curiosamente, los más interesados en las cosas de mujeres no deberían ser las mujeres, sino los hombres ;)
    Un abrazo.

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    1. Gracias Luis, pues tienes muchísima razón. Somos esas extrañas tan cercanas...

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  2. Este blog me va a gustar mucho...

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  3. Gracias Asunción, eso espero,y espero también vuestras aportaciones.

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